Ya se sabe que el baloncesto es uno de los deportes más
‘matemáticos’ que hay, en el que se llevan estadísticas de muchos aspectos del
juego (puntos, rebotes, asistencias, tapones, personales, porcentajes de éxito
en cada tipo de tiros,...) y eso tanto en sus datos extremos como en las
medias: lo que se llama los ‘números’ de un jugador.
Tanto es así que bastantes de ellos intentan mejorar sus
‘números’ en momentos en que es fácil, como por ejemplo, meter unos cuantos
puntos más cuando está acabando un partido en el que se gana por mucha
diferencia. Es relativamente sencillo y para los promedios del año cuentan
igual.
Visto lo anterior, un torneo que se desarrollo sin la
existencia de un sistema estadístico, es un torneo que pierde su valor estratégico
y atento al desarrollo de los equipos participantes, los jugadores y el
campeonato mismo.
Las estadísticas permiten tanto al entrenador como al jugador
conocer sus capacidades cuantitativas y cualitativas, así como también trazar planes para su
superación. Además de que la población amante de ese deporte quisiera conocer las
efectivas de sus equipos y jugadores preferidos para poder hacer los análisis
que posterior a los juegos cada amante o participante de ese deporte
normalmente hace. Y las hace de formas diferentes, a través de los medios de
comunicación, en discusiones de particulares y en discusiones colectivas.
A pesar de todo lo dicho con anterioridad, el pasado XI
TORNEO DE BALONCESTO SUPERIOR de la
provincia de San Juan, las estadísticas de todo tipo estuvieron ausentes.
Ningún entrenador. Mucho menos jugador, por no decir público
en general tuvo acceso a los numeritos de ese evento por la sencilla razón de
que nadie se dedico a ese importante trabajo que se desarrolla en todos los
deportes que se practican en el mundo.
Es verdad que ese torneo estuvo plagado de todas las
deficiencias e incongruencias, pero la inexistencia de un cuadro estadístico
raya en lo inverosímil, en lo trivial y en lo sin sentido.
Como podemos elevar la calidad de los eventos por venir sino
conocemos con que números trabajábamos, como podemos cambiar los datos
negativos y como mantener o superar los positivos.
Es que no asumimos con responsabilidad lo que hacemos.
En una oportunidad le propusimos al anotador, que cuidaba
como de su propiedad las hojas de juegos, que nos la prestara por 12 horas que
en menos de ese tiempo tendría las estadística de todo el evento lista sin
costo alguno. Hasta ahora la estamos esperando.
Donde escasea la planificación falta todo.
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