LOS ZORROS DE VILLA FLORES DE NUEVO A LA SEMI FINAL DEL XV TORNEO SUPERIOR DE BALONCESTO DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN !.

ERASE UNA VEZ ...UN MINISTRO DE DEPORTES




Había una vez un municipio perdido en una de las regiones que componían una república del mar Caribe. Ese país que siempre se la “untao” de moderno le cambio los nombres a los funcionarios de Secretario de Estado a Ministro, porque así suena “mas mejor”. En esa parte de el país mencionado había nacido, según dicen, el presidente de la república.

Si bien es cierto que por ese lado no conocían el conflet, aparecía por todo los lados el “mangú de plátano”, el chen-chen, el maní saladito, el gofio de maíz, el arroz con leche y la arepa con sal, cosas que para sus desgracias no tienen otros países.

Pues, aunque ustedes no lo crean se jugaba baloncesto. Incluso realizaban sus torneos superior. A falta de pan cazabe, esos torneos de baloncesto eran, deportivamente hablando, el único entretenimiento de esa provincia sureña, cuna del presidente de turno.

Como es costumbre, esos torneos cuentan con el respaldo económico del estado. Con contarle que el ultimo que se realizo en esa provincia le fue entregada la suma de dos millones de pesos. Y conste, que el presidente no era de esos rincones, sino de un barrio de la capital del país.

Se cuenta que, temprano en la mañana mientras un grupo de jugadores y el presidente de su asociación se dirigían a otra parte del país, se encontraron comiendo “mondongo” al ministro de deportes a quien abordaron de inmediato para ver si, siendo el presidente nacido en esa provincia en ve de dos milloncitos, le entregaban, por no decir demasiado el doble de esa cantidad.

El ministro de deportes que al parecer no  había dormido muy bien, o el mondongo que comia estaba muy picante, al ver los deportistas que se le acercaban le comenzó a salir por los oídos y la nariz el vapor acuoso de lo que estaba comiendo.

El ministro      –que quieren.
El dirigente    –queremos hablar con usted, señor ministro sobre el torneo superior.
El ministro      -Ya me dañaron el dia, carajo.

                El dirigente deportivo puso los ojos como dos platos de aluminio, sin salir del asombro que le provoco “la cordial” bienvenida del ministro de deportes.

El dirigente     -perdone, usted ministro, pero es que queremos saber cuánto “curtos” nos va a dar ahora.

                El Ministro de Deportes, poniéndose, según dicen, los dedos en la sien derecha, como si fuese la famosa escultura del PENSADOR, dijo escuetamente:

Ministro   -Le puedo dar doscientos cincuent…., no, doscientos mil pesos, y creo que eso es mucho.

                Cuentan los que allí estaban, que los dirigentes deportivos y jugadores salieron del lugar  lleno de asombro y de vergüenza.

Y el presidente de la república nació, se desarrollo y se crio por ahí..

                Cualquier parecido con un hecho reciente es pura coincidencia.

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