LOS ZORROS DE VILLA FLORES DE NUEVO A LA SEMI FINAL DEL XV TORNEO SUPERIOR DE BALONCESTO DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN !.

DEPENDE DE KOBE, QUEN VAINA


Nadie duda de que Kobe Bryant sabe, desde hace mucho tiempo, que para ganar títulos es indispensable que él confíe en sus compañeros y trate de hacerlos mejores generándole juego y pasándole la pelota. Lo sabe y muchas veces lo puso en práctica para continuar con esa insaciable búsqueda de ser lo más parecido a Michael Jordan. Ejemplo cumbre de un talentoso y desequilibrante jugador que sabía cuándo jugársela solo y cuándo asistir y colaborar con los demás.

De que la gran estrella encuentre o no el criterio para hacer una u otra cosa depende la posibilidad de los Lakers en esta final de la NBA, que favorece a Boston 3 a 2, y que hoy, desde las 22 (transmite ESPN), continuará con el 6° partido en el Staples Center. Un estadio que también será escenario, pasado mañana, del eventual 7o y decisivo partido.

Anteanoche, en el cotejo que los Celtics ganaron 92 a 86, Kobe disfrutó de un momento sublime en los primeros diez minutos del 3er cuarto, cuando anotó 19 puntos sin fallar un tiro. Dobles y triples espectaculares, increíbles, capaces de amedrentar a cualquier rival. "No se preocupen que no valen diez puntos", debió decirles el técnico Doc Rivers a sus dirigidos durante un tiempo muerto cuando Bryant parecía Superman.

Lo paradójico de esa situación es que justo en ese fantástico momento de Kobe, los Celtics sacaron la máxima ventaja (13 puntos). Podría decirse que cuando uno juega solo, el resto mira, pierde confianza o se enfría. Quizá, por eso, Pau Gasol nunca tomó ritmo ofensivo (5 de 13 en dobles) o Ron Artest se apresuró a lanzar las pocas pelotas que recibió (0 de 4 dobles y 2 de 5 triples), y Dereck Fisher nunca calentó la mano (2 de 9 dobles).

Esos números sumados en cada uno de los cinco partidos reflejan que en los Lakers Bryant promedia casi 30 puntos (30,2), y que el resto, excepto Gasol (18,8), ni llega a la decena: Fisher y Bynum tienen 9,2 y 9,6 cada uno.

Boston es todo lo contrario, o por lo menos lo fue hasta ahora. Funciona como equipo y reparte el goleo y el protagonismo. Una noche el héroe fue Ray Allen (2° juego); otra, Kevin Garnett (el 4°), y anteanoche, Paul Pierce, pero cada una de esas actuaciones sobresalientes estuvieron apoyadas por la gran tarea del base Rajon Rondo y el valiosísimo aporte de los suplentes. Si algo más diferencia a los Celtics de los Lakers es la confianza con que ingresan en la cancha el buen defensor Tony Allen, el explosivo base Nate Robinson, el experimentado Rasheed Wallace y, principalmente, el fuerte pivote Glen Davis. En Boston nadie supera los 20 tantos de promedio, y cuatro de ellos superan los 14: Pierce (19), Garnett (15,6), Rondo (14,2) y Allen (14).

Seguramente ahora, de regreso al Staples Center, con el apoyo de su gente, los compañeros de Bryant encontrarán mayor confianza y fervor, aunque no reciban mucho el balón y a Boston le cueste más darle intensidad, energía y dinamismo a su juego sin el contagio efervescente de sus hinchas. Pero igual, todo dependerá de Kobe, dependerá de su criterio, de saber cuándo tirar y cuándo pasar. ...l tiene la decisión.

38,4 rebotes por partido tomó Los Ángeles en la serie final, contra los 37,2 de Boston. Están parejos en el rubro y es la única constante que tuvo el duelo: el que lideró la estadística de rebotes siempre ganó el partido.

Bryant y el resto, contra un equipo.
Kobe es el goleador (30,2 de promedio) de su plantel en la final; en el rival, cuatro jugadores suman entre 14 y 19 tantos.

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