
La NBA sigue sin definir al que será el nuevo campeón de liga, pero después de haberse disputado cinco partidos de la serie al mejor de siete, sí ha dejado muy claro que los dos contendientes, Celtics de Boston y Los Ángeles Lakers, muestran dos estilos de juego muy distintos.
Mientras que los Celtics reivindicaron una vez más que su fuerza está en la labor de conjunto, aunque puedan tener en el alero Paul Pierce a su líder encestador, los Lakers, actuales campeones de liga, tampoco dejaron ninguna duda de que todo el juego gira en torno a la figura del escolta Kobe Bryant.
El resultado, hasta ahora, ha sido que el lema de "uno para todos" y "todos para uno" ha permitido a los Celtics tener la ventaja de 3-2 en la serie al mejor de siete, y colocarse a las puertas del segundo título de liga en tres temporadas.
Pero lo más importante, que en cada uno de los partidos disputados, incluso en los dos que han perdido, siempre tuvo a un jugador que ejerció el papel de líder en el trabajo de equipo, como ocurrió con los reservas Glen Davis y Nate Robinson, que fueron las figuras en el cuarto partido.
"No sólo estoy contento por el hecho de haber ganado el quinto partido, sino también por ver como los jugadores se sienten plenamente mentalizados de que no les debe obsesionar el factor Kobe y su facilidad a la hora de anotar puntos", reflexiona Doc Rivers, entrenador de los Celtics.
"Sabemos que si queremos conseguir el título tenemos que admitir que enfrente nos vamos a encontrar con la mejor versión de Bryant y por lo tanto ese no será el problema, sino que resto de los jugadores de los Lakers no le den la ayuda que necesita", destacó Rivers. "Sólo hay que mirar a las estadísticas para comprobar esa realidad".
Mientras que los Celtics tienen a cuatro titulares con dobles dígitos, encabezados por Paul Pierce (19,1 puntos), Rajon Rondo (16,1), Kevin Garnett (15,0) y Ray Allen (14,0), los Lakers solamente cuentan con dos jugadores, Bryant (30,2 puntos) y el ala-pívot español Pau Gasol (18,8).
El resto de los tres titulares de los Lakers, incluido el pívot Andrew Bynum, limitado por los problemas físicos que arrastra en su rodilla derecha, no llegan a los dobles dígitos.
Bynum con 9,6 puntos es el que mejor promedio tiene después de Bryant y Gasol, que se sigue siendo el jugador clave para que los Lakers puedan revalidar el título de liga, al margen de las genialidades y aportación de su estrella, que los Celtics ya las dan por aseguradas en el sexto partido.
De ahí que Rivers se muestra confiado, que Boston, como ya hicieron el segundo partido, puedan seguir en su línea y filosofía de juego de equipo con los "Big Three" más compenetrados que nunca y un Rondo, que se ha convertido en la "pesadilla" para los Lakers y su entrenador Phil Jackson.
"Somos conscientes de que para ambos equipos el sexto partido es el más importante de la temporada, pero los que más presión tienen para ganarlo son los Lakers, ya que no cuentan con margen para sufrir una tercera derrota", valoró Rivers. "El factor presión está de su lado".
Jackson, menos filósofo que nunca y mucho más nervioso, inclusive dio una imagen poco común en el quinto partido cuando le gritó desde el banquillo a Bryant y sobre todo al alero Ron Artest, el único jugador nuevo que llegó a la plantilla este año para sustituir al cada vez más añorado Trevor Ariza, es consciente de lo que se juega.
No sólo un título de liga, el decimosexto en la historia de los Lakers, undécimo de su carrera y quinto desde que llegó al equipo angelino, sino también la continuidad como entrenador profesional.
Jackson quiere darle tranquilidad al equipo al recordarles que las derrotas en Boston no son más que lo "normal" de la ventaja de campo y que a partir del sexto partido estará de su lado.
"No ha sucedido nada anormal, la serie está como se suponía que debía ser con la ventaja de campo a nuestro favor", recordó Jackson. "Ahora nos toca a nosotros ganar el sexto partido y decidir el título en el séptimo, como habíamos anticipado ante la igualdad de la eliminatoria".
Lo que Jackson no quiso mencionar es que los Celtics ya los ganaron en el Staples Center y que la historia de las Finales de 2008 se está repitiendo, con un Bryant que quiere hacerlo todo solo, mientras que el resto del equipo, incluido Gasol, han perdido confianza y aportación con su juego.
Mientras que los Celtics reivindicaron una vez más que su fuerza está en la labor de conjunto, aunque puedan tener en el alero Paul Pierce a su líder encestador, los Lakers, actuales campeones de liga, tampoco dejaron ninguna duda de que todo el juego gira en torno a la figura del escolta Kobe Bryant.
El resultado, hasta ahora, ha sido que el lema de "uno para todos" y "todos para uno" ha permitido a los Celtics tener la ventaja de 3-2 en la serie al mejor de siete, y colocarse a las puertas del segundo título de liga en tres temporadas.
Pero lo más importante, que en cada uno de los partidos disputados, incluso en los dos que han perdido, siempre tuvo a un jugador que ejerció el papel de líder en el trabajo de equipo, como ocurrió con los reservas Glen Davis y Nate Robinson, que fueron las figuras en el cuarto partido.
"No sólo estoy contento por el hecho de haber ganado el quinto partido, sino también por ver como los jugadores se sienten plenamente mentalizados de que no les debe obsesionar el factor Kobe y su facilidad a la hora de anotar puntos", reflexiona Doc Rivers, entrenador de los Celtics.
"Sabemos que si queremos conseguir el título tenemos que admitir que enfrente nos vamos a encontrar con la mejor versión de Bryant y por lo tanto ese no será el problema, sino que resto de los jugadores de los Lakers no le den la ayuda que necesita", destacó Rivers. "Sólo hay que mirar a las estadísticas para comprobar esa realidad".
Mientras que los Celtics tienen a cuatro titulares con dobles dígitos, encabezados por Paul Pierce (19,1 puntos), Rajon Rondo (16,1), Kevin Garnett (15,0) y Ray Allen (14,0), los Lakers solamente cuentan con dos jugadores, Bryant (30,2 puntos) y el ala-pívot español Pau Gasol (18,8).
El resto de los tres titulares de los Lakers, incluido el pívot Andrew Bynum, limitado por los problemas físicos que arrastra en su rodilla derecha, no llegan a los dobles dígitos.
Bynum con 9,6 puntos es el que mejor promedio tiene después de Bryant y Gasol, que se sigue siendo el jugador clave para que los Lakers puedan revalidar el título de liga, al margen de las genialidades y aportación de su estrella, que los Celtics ya las dan por aseguradas en el sexto partido.
De ahí que Rivers se muestra confiado, que Boston, como ya hicieron el segundo partido, puedan seguir en su línea y filosofía de juego de equipo con los "Big Three" más compenetrados que nunca y un Rondo, que se ha convertido en la "pesadilla" para los Lakers y su entrenador Phil Jackson.
"Somos conscientes de que para ambos equipos el sexto partido es el más importante de la temporada, pero los que más presión tienen para ganarlo son los Lakers, ya que no cuentan con margen para sufrir una tercera derrota", valoró Rivers. "El factor presión está de su lado".
Jackson, menos filósofo que nunca y mucho más nervioso, inclusive dio una imagen poco común en el quinto partido cuando le gritó desde el banquillo a Bryant y sobre todo al alero Ron Artest, el único jugador nuevo que llegó a la plantilla este año para sustituir al cada vez más añorado Trevor Ariza, es consciente de lo que se juega.
No sólo un título de liga, el decimosexto en la historia de los Lakers, undécimo de su carrera y quinto desde que llegó al equipo angelino, sino también la continuidad como entrenador profesional.
Jackson quiere darle tranquilidad al equipo al recordarles que las derrotas en Boston no son más que lo "normal" de la ventaja de campo y que a partir del sexto partido estará de su lado.
"No ha sucedido nada anormal, la serie está como se suponía que debía ser con la ventaja de campo a nuestro favor", recordó Jackson. "Ahora nos toca a nosotros ganar el sexto partido y decidir el título en el séptimo, como habíamos anticipado ante la igualdad de la eliminatoria".
Lo que Jackson no quiso mencionar es que los Celtics ya los ganaron en el Staples Center y que la historia de las Finales de 2008 se está repitiendo, con un Bryant que quiere hacerlo todo solo, mientras que el resto del equipo, incluido Gasol, han perdido confianza y aportación con su juego.
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